Creaciòn ganadora del
4to. Concurso Internacional de Relatos
ACCENSO AUTEM MODO
PORQUE ES UN SENTIMIENTO QUE NACE
Suspirar el amor por quién lo necesita, que muchas veces ni lo pide,
simplemente llega el momento y se ofrece. Sé por qué está ahí, latente y presente.
Siempre dispuesto para cuando surja la ocasión.
Si no permito que mi alma lo desaloje, se detiene mi vivir, todo se cubre en un caos que asola mi sentir. No sería yo si eso sucediese.
Todos
nacemos con ese impulso de dar hasta lo que no tenemos, pero muchos lo reprimen
o disfrazan, miran hacia otro lado y se enmascaran para no dar su brazo a la
llamada de la solidaridad.
Es cuando ardo en llamas, me falta el aire, es como ver un suicidio y no
poder hacer nada.
No todos lo vemos normal, a muchos les nubla el egoísmo, las prisas y la
desconsideración. Simplemente se les ha helado el corazón. Yo no podría vivir
mirando hacia otro lado, mi alma es así. Derrama tinta de sabor, intenta creer
en el amor.
No conocía su creencia, pero cual
instinto innato rondó mis adentros naciendo y enredando las ilusiones a
destiempo, simplemente lo experimenté con creer en su existencia.
Nunca pensé ni me planteé, pensar en una palabra que significaba más que libres letras,
nunca soñé despierta en abrigadas muestras para plasmar en hechos su existencia.
No se puede negar lo evidente ni huir de lo venido, que contradicción en pavor me abrazaba, cuando veo su esquivo.
Que ingenuidad enterrada en perlas derramadas sin retorno, en el más dulce despertar que puede ofrecer los días, al vivir el amor al prójimo en total libertad.
Me bañan colores palpables y a la vez distantes que confunden el camino.
Nada de lo que puedan contar se compara a sentirlo, no se halla en la tinta suficientes lustro para dejarlo legible. Como quisiera sacar un cristal y poder ver más allá, mirar en los abismos que perturban el descanso, no debo cantar al viento para que no se asuste el presente. Pues mi amor al prójimo permanece abierto.
Nada de lo que puedan contar se compara a sentirlo, no se halla en la tinta suficientes lustro para dejarlo legible. Como quisiera sacar un cristal y poder ver más allá, mirar en los abismos que perturban el descanso, no debo cantar al viento para que no se asuste el presente. Pues mi amor al prójimo permanece abierto.
En éxtasis fluyen las palabras del escritor soñante con resurgir en el alma para pintar letanías de su paso. Rodeado de vulnerables senderos oscuros, sin poder gritar su llegada.
Cómo músico ingenia acordes para dar sonido a su arte, cómo escultor moldea el tacto de la belleza, pero como esencia llora la aprensión de un corazón, cuando no nace por devoción.
Será lo que llamen los demás, será lo que quiera ser pero puedo cerrar los ojos eternamente tras conocerte.
Quizás regrese de donde salió o en el ocaso crecer en sabores pero nada
será como vivirlo y entregarlo, comparado con lo que de él cuentan las
historias de los valientes.
Se trata
de liberar tu mente, tu cuerpo y tu alma. Olvidando lo que tú quieres sino
pensar en lo que el otro necesita. Un viaje de auténtica solidaridad, desde el
acto más simple por insignificante que parezca.
El amor al
prójimo no se busca, se lleva, nace de nuestros adentros. Nos hace sentir
llenos, me ayuda hasta bordar mis sueños. Está en cualquier lugar, solo busca
hasta en el rincón donde creas que no hay nadie, está donde menos piensas.
Quizás done mi alma a la locura, pero es lo que me hace sonreír y vivir.
Me enganché desde que lo conocí y pude disfrutarlo, a veces, siento como si
muriera sin su existencia.
Aún emocionada, recuerdo el día que entró en mi vida.
Me encontraba perdida y desolada, un mal día. Una suave brisa secaba mis
lágrimas, mis ojos cayeron desnudos al girarme detrás. Vi una situación
lamentable, me dije, éste está quizás más roto que yo, mientras tendía mi mano.
No hubo segundo que dudase, simplemente fue algo innato. Aseguro que
este amor no esconde emociones muertas ni traición, es puro y auténtico rodeado
de simple bondad.
Me emociona recordar, aquel hombre al que tendí mi mano, aquellos ojos
templados, de colores cálidos y otoñales que en mi alma penetraron, hasta lo
más profundo de mí ser,
hasta mi oscuridad ver y mis demonios admirar.
Algo tan hermoso que podía sentir, no era malo, sin dudarlo era limpio y
cristalino, llegaba a rondar el alma. Quedó Implantado en mi memoria como un dulce
recuerdo, un impetuoso anhelo que vive en mi mente, que anida en mi corazón
como un preciado tesoro.
Un acto que hace sentir tan bien, es simplemente gratuito y provechoso. Siempre se agradece esa mano amiga que
ayude a recobrar el camino después de una caída. No imagino mi vida sin su presencia. Su no
existencia sería un adiós amargo, sin sabor.
Soy consciente, en este mundo quedan pocos actos de buena Fe y de
bondad. Mucha prisa, estrés y egoísmo. Pero siempre queda alguno que es
agradecido al conocer y predicar este amor natural.
Si no existiera, se me haría un nudo en la garganta permanente. Se me
haría añicos el alma. Esquivar sus manifestaciones sería clavar puñales en mis
entrañas. Sería añorar un acto libre, cohibir el instinto y anular los sentimientos.
Simplemente quedaría frialdad, vacío y oscuridad en un mundo en el que
muchos no ven más que su propio ombligo. Que
viva el amor al prójimo y como siempre he oído decir, haced el bien sin mirar a
quién.
Seudònimo: Texy
País : España
Interesante introspección, poblada de acertadas conjeturas sobre el porqué al ser humano le cuesta mostrar afecto por sus semejantes. Me encantó leer todo tu relato introspectivo sobre el tema, Texy. Te felicito! Muy acertada la elección de la creación ganadora de este mes.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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