F E L I C I T A C I O N E S
1er. lugar
ALMA DE VIDA
No puedo sentarme en
el regazo,
por mucho que me
ofrezca la vida,
aunque me abra los
brazos.
porque en su tiempo
me olvida.
Yo, no puedo
sentirme mimada,
cuando mi destino es
la muerte.
al nacer me siento
obligada
de lo que trae
consigo la suerte.
Yo, no quiero
gastarme en sueños,
cuando no se hacen
realidad.
pues Dios es rey y
dueño,
de mi alma, cuerpo y
verdad.
Yo, sólo soy del
eterno,
del infinito… una
más.
si un día me diste
tu aliento.
porqué, porqué me la
has de quitar?
Alicia
Climent
España
2do. lugar
CREDO IN TE DOMINE
Creo en tu palabra proverbial
donde el salmista danza
el amor de las promesas
de tu advenimiento,
en la gloria que canta un Ave María
y entonces mi alma se regocija,
creo en ti como los profetas
y como la fe de Abraham.
Creo en ti,
en tu amor y en tu verbo
de carne y hueso.
Creo en la salvación
y en el credo de la comunión
de los ángeles que esperan
la gran cosecha de la profecía,
espero en la roca de tus promesas
y en la fortaleza de tu Espíritu Santo.
Creo en ti
como mi único salvador
y dueño de mi alma de polvo.
Creo en ti
como mi absoluta verdad
comprendida por la fe
de lo que significas.
Creo en la misericordia
y en la bondad
que inspira amor en tu nombre
que llena cualquier vacío,
perdonando todas
mis concupiscencias de barro.
Creo en los credos que profesan
los confesionarios cerrados
a oraciones de padrenuestros,
creo en ti
y en tus manos hacedoras
de bienaventuranzas,
en la resurrección de mi alma
que espera por ti en un paraíso eterno.
Sacro Poeta
Perù
3er. lugar
TUS
OJOS ME LO DICEN
Cuando
callas tus ojos me lo dicen
y
la pausa de tu canto lo repite:
Que
el amor brota dulce, sin frontera
y
revive el candor de las estrellas.
Yo
me asombro, tan tierna es tu mirada,
que
has vestido de flores las praderas.
Tu
silencio rodea las ausencias
como
enjambre de místicas abejas.
Y
en el fondo del hielo tú derrites
las
ocultas nevadas de la espera
¡Ay
amada, tan bella es tu presencia!
Enrique Dintrans
Chile
Menciòn honrosa :
SIEMPRE CREERÈ EN TI
hasta
el último suspiro que limite el accionar,
hasta
después que vaya a tu reencuentro.
Y
te doy gracias mi Dios,
por
esta gama de sentimientos encontrados
que
me permiten apreciar la maravilla de tu obra,
la
grandiosidad de tu presencia,
el
regocijo que ello transmite a mi corazón,
la
expansión del pecho sublimizada al sólo
evocarte
para
que me llenes de serenidad y confianza.
Creo
en ti, cuando veo la sonrisa de un niño
o me desgarro por su sufrimiento
cuando
observo la alegría por el éxito alcanzado
en la constancia,
o las manos suplicantes, que hacia ti, se elevan
en
una oración fervorosa pidiendo tu compañía
en
ese momento tan crucial.
Creo
en ti, en esa luz que irradias y que mi madre vio
aún
siendo ciega cuando se fue a tu encuentro.
En
el manto de protección al desamparado,
en
la esperanza del que se cree perdido
y se abraza a tu cuerpo mientras su garganta
estrangula
los gemidos.
Creo
en ti, cuando observo el paisaje con su policromía,
las
rosas perfumadas abiertas temblorosamente
por
los besos del rocío,
o la caricia zigzagueante del colibrí librador de tu néctar
y fondo ilustrador del arcoíris.
Creo
en ti, en cada amanecer en que me despierta el sol
y el canto escandaloso de los gallos,
o el trinar armonioso de las aves
anidadas
en el alero de mi amplia ventana.
Creo
en ti, a través del maestro fiel forjador de patria,
en
el obrero o profesional con afanes progresistas,
en
la madre multiplicadora del amor,
el
hombre o la mujer con visión futurista.
Y
mi fe crece más como mi edad,
en
profusa comunión espiritual
alejándome de sentimientos negativos
para
acercarme más a tu verdad.
Creo
en ti, también en el reencuentro
cuando
esa luz intensa me encandile
y tu me esperes con los brazos abiertos
mientras
siento que tu divina presencia
de
todas las tristezas me redime.
Creo
en ti, y siempre será así,
desde
que tuve capacidad de entendimiento
y te convertiste en lumbre de mi vida
en
el diario compartir satisfacciones
y en el inmenso amor que por ti siento!.
Por
esa musa intensa que me anima
a cantarte alabanzas diariamente,
ese
don de inspirarme a cada instante
y dejar que mis versos fluyan
como
en el claro arroyo,
la
corriente!.
Trina
Leé de Hidalgo
Venezuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario