CARTA DE AMOR A MIS HIJOS
1er. lugar
Autora: Beatriz Vielman
País:
Guatemala
Mis hijos amados, siempre tuve la
necesidad de escribirles una carta pues como ya sabrán para mí es difícil
expresarme, quizás porque de niña tampoco mis padres se expresaron conmigo y de
forma inconsciente adopté la misma errónea postura ahora que ya soy madre, pero
de alguna u otra manera debo hacerles llegar el inmenso amor que les
tengo. Aunque ya dejaron de ser esos
pequeños e inquietos niños, para mí nunca serán lo suficientemente grandes como
para no sentirlos indefensos, o para desear darles un beso, un apretón y
meterlos en mi cama cuando los asusta una de esas tantas películas que nos
sentamos a ver los viernes por la noche.
Pero comprendo, ya son adolescentes aunque se sientan más grandes, ya la
pena les invade cuando de la mano quiero cruzar por las calles. Juro que si de
mí dependiera que sus caminos nunca tuvieran alguna piedra daría mi vida para
asegurarles una vida plena, sobre todo en estos tiempos en que el mundo es tan
insano y la maldad ya no teme salir a la luz del día, solo Dios nuestro creador
puede darles la protección que cada uno necesita, a mí solo me queda elevar una
oración constante por ustedes y velar porque reciban una buena educación, en
casa y fuera de ella.
A veces despierto en la madrugada y
en silencio los visito en sus recamaras para ver si todo está bien… Tú, mi
pequeña princesita, te vez tan sensible al dormir, y tú, mi inquieto caballero,
con lo grande y galán que estas me estremeces, se que en unos cuantos años
dejarás de dormir solo, pero claro, como toda buena madre espero que pasen
muchos, pero muchos años para eso.
Sin importar las circunstancias que
nos llevaron a vivir solos, quiero que sepan que nunca he tomado en mi vida una
decisión tan acertada y hermosa como la de ser su madre, cuidando sus pasos,
protegiendo sus vidas, sacando espada y escudo para que nada les falte; desde
que llegaron a mi vida he buscado la forma de ser cada día mejor, de que se
sientan orgullosos de la madre que tienen y de que cada una de mis decisiones
sean para su beneficio. A Dios gracias nada nos ha faltado, tenemos lo
necesario y quizás un poco más, así que hijos míos, hoy que se aproxima el día
de la madre quiero expresarles, aunque poco se los digo, que los amo con toda
el alma, con defectos y virtudes, con éxitos o fracasos, con enojos y alegrías,
soy feliz. Somos los tres una bella
familia y juntos, tomados de la mano de Dios, veremos nuestros sueños
realizados.
Los
ama: Mamá
CARTA
DE AMOR A MI HIJO
2º.
LUGAR
Autora: María Oreto Martínez
País:
España
L’Alcúdia, 3 de mayo de 2014
Querido
Miquel:
Han
transcurrido veinticuatro años desde que viste la luz y, si bien el bagaje de
otros jóvenes comienza a llenarse, el tuyo ya desborda y tus maletas pesan en
exceso. A veces me pregunto cómo puedes continuar erguido y con buen humor por
una vida que no te ha proporcionado más que disgustos… A veces me respondo que
eres una bendición del Creador porque has sabido asumir tus problemas y luchar
contra el muro de la discapacidad. Porque un muro infranqueable es ser
diferente; un muro, que a otros que no tuviesen tu buen carácter, hubiese
aplastado hasta convertirlos en enajenados, aunque no fuesen culpables más que
de soportar su sombra.
Llegados a este momento, pienso en
cuántos jóvenes han segado su vida en flor, a causa de la persecución de esos
que se creen “normales”, y que no son más que criaturas sin corazón… Y llegados
a este instante, no puedo más que recordar los múltiples acosos que has sufrido
a lo largo de tu vida, solo por ansiar ser como otro niño o joven cualquiera.
Y, realmente, no es que seas como cualquier otro, eres muy superior a todos
ellos porque en tu corazón se forjó el espíritu de gladiador que no ha
permitido que nadie lo aplastase, aunque haya estado en peligro mil y una vez
de perecer en pro de la igualdad.
Naciste, hijo mío, en un parto a vida o
muerte. Nos moríamos los dos si no te extraían de mis entrañas. Fuiste fruto de
una cesárea doble. En la primera me arrancaron mis sueños de amor y en la
segunda te sacaron de la incómoda cuna en la que ya estabas sufriendo.
Necesitabas aspirar esa bocanada de aire que te devolviese la esperanza de la
vida. Y viviste, y empezó el calvario de las repetidas enfermedades; y no
caminabas, mas caminaste; y no corrías, pero corres; y no hablabas, pero
hablaste…
Cuando contabas cinco años el sicólogo
de la escuela me aseguró, al final del curso, que nunca aprenderías, pero en
septiembre entraste leyendo. Hoy estás terminando tu segundo de Bachillerato y
deseas ser maestro. No me cabe la menor duda de que lo conseguirás y de que
serás un gran maestro, pues has tenido como compañera una vida llena de
peripecias personales, que has sabido afrontar y que te han moldeado en el amor
a Dios y al prójimo.
Mi querido hijo, Sol de mis días, en
esta víspera del Día de la Madre,
solo puedo decirte que te adoro y que bendigo el día en el que Dios me concedió
tu santa vida.
A mi hija
3er. lugar
Autora: Ana Luisa Bernales V.
País: Chile
Domingo 11 de Mayo, 2014.-
Amada hija:
Ya
han pasado los años y aún no me acostumbro a tu ausencia, sólo recordarte me
sostiene; me gusta mucho escribirte porque mi corazón cobra valor. Te contaré
que al encontrar el prendedor de palitos de helados que me regalaste recordé el
día cuando al mirarme en el espejo y vi mi rostro ¡ mi nariz tenía un brillo
distinto !... a los días me enteré que había un puntito en mi vientre, esa eras
tú hija. ¡ Ese día nació la vida !, ¡ el sol brillaba más y la luna resplandecía
como nunca !. Me convertí en un
centinela que vigilaba cada latido tuyo, desde entonces un hilo de plata nos
unió. Cuando te vi por primera vez, al nacer te envolví con mi regazo, te
enlacé con mi mirada y nos hicimos una...
Te
amo,
Tu
Ñuke
No hay comentarios:
Publicar un comentario