Felicidades
a todos ustedes por mantener viva la palabra.
Ganadores
en Poesía y Poemas
1er. lugar
LA NOCHEBUENA DEL PASTORCITO
(A perfectum Gratiarum Dies)
Por una loma sube un
cordero
de ojos azules cual
dos luceros
de su cuello lleva colgado
un faro
que alumbra tenue pero
muy claro.
Un niño pobre camina
a su lado
en su alma el cielo
lleva grabado
mira a los lejos muy
asombrado
el caserío que ya ha
dejado.
El camino es largo lleno
de grama
la noche es fría la
luna en llama
las cigarras buscan
la cama
los arbustos doblan
sus ramas.
Su ropa hecha de fibra
de heno
cubre su cuerpo cual
terciopelo
sus sandalias pisan
el suelo
lo llevan a pasos
algo ligero.
En su cabeza lleva
un sombrero
de ancha ala es su
consuelo
que lo guarece del
aguacero
pues andando llevan
un día entero.
El corderito, su amigo
fiel
lleva agarrado por
un cordel
llegan al pueblo al
amanecer
y toca en casa de
Rafael.
Día es, de nochebuena
todos le dicen:
¡enhorabuena!
“Empecemos pues la
novena
y celebremos la
navidad con rica cena”
Es Rafael, su ángel
guardián
en figura noble,
todo un galán
“mi corderito”,
piensa el niño,
Ah...sí, ¡es mi edecán!
Al otro día el niño pobre
abre los ojos en su propio
lecho
de seco heno en su
tibia choza
hecha de arcilla y de
otras cosas.
El pastorcito que eso
era
asombrado y triste
mira afuera
busca a su amigo, el
corderito
nada comprende...¡Oh
Dios bendito!
Corriendo sale de su
choza
a gritos llama a su
guardián
sale en su ayuda su
papá
su mamá lo calma con
afán.
Del caserío sale la
gente
sus rostros muestran
susto patente
le preguntan a un
pariente
¿No es ese, el pastorcito
valiente?
El niño cuenta que
en un sueño
había vivido la
nochebuena
con un ángel, como
guardián
y un corderito, por
edecán.
Con una sonrisa de
su papá
y un tierno abrazo
de su mamá
el pastorcito se
recuperará
del lindo sueño que
no olvidará.
A las doce de la
noche
una estrella el pastorcito
ve
cruzar el cielo desde
Belén
llevando a todos
parabién.
Esneda Eugenia Sierra Sánchez
2do. lugar
MENSAJE NAVIDEÑO
Diciembre con su brisa trae soplos de alegría
y todo el ambiente se llena de algarabía.
Por eso todos cantamos llenos de gran emoción,
mientras vamos reviviendo nuestra hermosa
tradición.
La navidad es un mensaje de acercamiento y amor
porque nació el 24 el divino
redentor.
No es sólo para gozar que llega la
navidad,
pues navidad es cada día, si tienes felicidad.
Jesucristo vino al mundo para
anunciar la verdad,
abrir los ojos al ciego de amor y fraternidad
y fue el símbolo mas puro de una gran
revolución,
pues condenó la injusticia y al impío de
corazón.
Por eso fue condenado como manso corderito.
Su obra no tiene límites su poder es infinito.
Ayer sufrió en carne propia lo que hoy
también vivimos.
Podemos amarnos mas si lo
nuestro compartimos.
La navidad significa vivencia de tradición,
evocación de los seres, especie de comunión,
comunión espiritual con ese Dios que nos nace
en cada humilde gesto en que impartimos amor.
Trina Mercedes Lee Montilla de
Hidalgo
3er.
lugar
¡ VEINTICINCO DE DICIEMBRE !
En el
portal de Belén
nació
Cristo el Redentor
para
paliar el dolor
de la
humanidad, ¡amén!
como
madre terrenal,
mas
con amor celestial
acunó
a su dulce Niño
al
que le brindó el cariño
de un
corazón maternal.
Jesús
se convirtió en hombre
para
perdón del pecado;
celebramos
su legado
loando
su santo nombre.
Esta
fiesta de renombre
es
magno acontecimiento
que
insuflará tierno aliento
en el
corazón mendigo,
que
será digno testigo
del
más sacro advenimiento.
Alrededor
de la mesa,
los
corazones unidos
recuerdan
enfebrecidos
esta
hermosa fecha lesa.
Aunque
la Tea no cesa
de
incendiar de amor el mundo,
que
se acerca al vagabundo
y lo
abraza con locura
curándole
su amargura
y
alejando el inframundo.
Vivamos
la Navidad
-¡veinticinco
de diciembre!-
y que
nuestro Señor siembre
en el
corazón piedad.
Solo
la justa equidad
entre
los seres humanos
nos
convertirá en hermanos
que
no olvidan al sufriente,
y
hará que el alma creyente
vista
sentimientos llanos.
Maria Oreto Martínez
Sanchis
Ganadores en Cuentos y
Relatos
1er.
lugar
UNA NAVIDAD DIFERENTE
El antiguo reloj de pared, me sobresaltó con sus doce campanadas. ”Llegó la Navidad”, me dije. Mi casa la esperaba con toda pompa: la estrella
del omnipotente árbol festivo llegaba al techo, los globos de vidrio
destellaban plateados o dorados, las serpentinas metálicas y la infinitud de
adornos más la colección de pesebres; confirmaban una dedicación especial en su
armado. Varios Papas Noel, como figura de las tres carátulas me mostraban
sonrisas de cartón.
“Otra Navidad, como siempre, triste en
soledad.” Muchas veces pensé para qué celebrar el nacimiento de Cristo si
en pocos día venía la quietud y el gris de la Cuaresma, anticipo de la muerte
del Salvador. Sostenía que era como celebrar una muerte anunciada.
En realidad el espejo
distorsionador de la realidad, no quería devolverme mi verdadera imagen:
habitante de un mundo en tinieblas, una vida cayendo en un plano inclinado y el amor volando en una alfombra mágica,
quién sabe a qué distante y desconocida tierra. ”Estoy cansada se sentarme sola a la mesa, comer temprano, molestarme
por los cohetes y fuegos artificiales, cuando mis ojos pelean por separar las
pestañas”- repetí como siempre, como cuando nadie me invitaba a su casa.
“Pasar Navidad fuera de casa es de mala suerte
para mí”- expresé en voz alta,
mientras recordaba aquella vez, en la que casi
llegué a la eternidad, atragantada por una arveja, Pude salvarme del cetrino
verde cuando mi cara azul, volvió a su
normalidad, gracias a la intervención de un sobrino.
En otro año me invitaron a la casa de mis
primos y al llegar en la puerta encontré un cartelito que decía –“Estamos en el sanatorio, Papá con
infarto”- Y para qué recordar la noche en la que el trineo de Papá Noel
trajo su bolsa, llena de discordia, peleas, reproches y así fue que nos
peleamos todos.
Tantas había sido las malas experiencias navideñas en las casa de otros,
que prefería encerrarme junto a mis adornos, el gato y la música clásica. Pero
este año había sido pleno de traiciones, enfermedades físicas, desilusiones,
etc. Y sentí la necesidad de innovar al Altísimo: ”Dios mío, estoy sola, vieja y enferma. ¿No podrías darme un poquito de
dicha? “ ¿ No podrías compartirme tu humilde pañal y dejar que nuestra madre
María nos arrulle a los dos?”-
Imploré
con todas mis fuerzas por una Navidad
diferente, que fuera un soplo de aire fresco para mi triste existencia. Como ya
había cenado decidí comer mi postre favorito: conectar el Facebook por las
dudas encontrara algún solitario adicto a la red social proclive a chatear
conmigo.
Pasaron solo diez minutos, cuando llegó un tímido, escueto mensaje de un
desconocido que decía –“Que la Navidad
ilumine tu hogar y tu vida”. Era un tal Juan Carlos Pérez, de un pueblito
de Colombia a quien no sabía cuándo y por qué lo acepté como amigo. Mujer al
fin, me zambullí en su muro. Sólo tenía tres fotografías, que me devolvían la
imagen de un hombre maduro, sonrisa tierna y un halo de armonía en su cabeza.
Pero no era suficiente, comencé a leer los artículos y pensamientos publicados
y me dije ”Es un hombre con espiritualidad”-
Entonces me animé y decidí conversar con él .Pasaron tres horas en ese
ida y vuelta de contar historias de vida, expresar pensamientos sobre la
Biblia, opinar sobre Filosofía, temas como el perdón y recordar los caminos
recorridos.
En
un pequeño descanso me dije- “Jesús me
convidó a su cuna, que se mece suavemente,
con el Amor de María y San José”- Cada palabra del desconocido interlocutor
era como encontrar un nuevo oasis en la sequedad de mis días. Parecía conocer
de antemano cada una de mis penas y decepciones y la forma de endulzarlas.
“Es el ángel terrenal que esta Navidad me
trae, para recobrar la Fe y la Esperanza perdidas.” o “¿Será
un oportunista que se burla de una mujer desahuciada del amor, exfoliada de
alegría y la vida en bancarrota?”.
Cuando nos dijimos Adiós con un-
“ El Señor esté con nosotros”- pensé con mi adentro: “Fue una Navidad diferente. La vida me
enseñó que en el orbe siempre existe otra persona que dispone de tiempo y
espiritualidad, para que lo cotidiano se vuelva diferente”.
Hoy es Navidad de nuevo y mi esposo Juan
Carlos Pérez me ayuda a colgar los adornos al mismo árbol.
Nieves Teresita Maldonado
Seudònimo : BARLOVENTO
Argentina
Seudònimo : BARLOVENTO
Argentina
2do. Lugar
RECUERDOS DE UN MARAVILLOSO DIA DE NAVIDAD
Las historias que prevalecen en el tiempo,
son aquellas que en la medida de quienes las vivieron no las esfumen de sus recuerdos. La fantasía…hace vivir sin
restricción la realidad de lo que tú quieras imaginar creando tu propia
quimera, en el día…lugar...que tu elijas, como la que vivió Teo.
Era sábado, el primer día de diciembre. Teo,
como todos los años en esta época, regresaba de Paris, lugar en que residía
desde que egreso de la carrera de arquitectura. Como era la costumbre, la
familia se reunía siguiendo la tradición que por años tenían: la de armar el
pino y envestir la casa con los atuendos
navideños, era una fecha especial para todos, día en el que comenzaba el
alboroto. El aroma a clavo de olor y
canela ambientaba la casa .Desfilaban las bandejas con galletas y pan de
pascua. Todo se preparaba para que fuera un buen día de navidad.
Esa mañana, después de despertar con el canto
de los pájaros, los rayos del sol
irrumpían a través de la ventana. Estos iluminaban un baúl que había permanecido siempre en el
mismo lugar. Teo aún medio dormido miró de reojo el reloj que estaba sobre el
velador.
Las esferas marcaban las nueve treinta de la
mañana…estiró los brazos, elevándolos
hacia el cielo y unas de sus manos se iluminó…y este efecto
lo guio a seguir esa luz, la cual le hizo fijar su mirada en el
baúl, que hasta ese momento había
borrado de su recuerdo, contemplo fija y largamente…se llenó de
nostalgia y de hermosos recuerdos.se levanto y abrió la caja de madera que por
años haba permanecido cerrada. En su interior su infancia guardada como
verdaderos tesoros. En ese momento se sumergió en el paso del tiempo, y revivió
esa maravillosa experiencia. Él siempre
fue un niño fantasioso e imaginativo tenía esa capacidad de inventar...pasar de
lo real a lo fabuloso siendo un descubridor y creador de las más ingeniosas y
soñadoras historias, en su inventiva daba vida a todo lo que él quisiera. Teo
recordó:
Ese primero de diciembre de 1990 a los 10
años, su mama le pidió que bajara la caja con los adornos navideños, que se
encontraban al lado del pino aun sin armar. Fue ahí cuando escucho unas voces
y…
¡hay!
Aaa…mmm ¡que ¡ ¿ llego la
navidad? exclamo el pino ¡hay que
levantarse nos vendrán a buscar
¡arriba amigos levantasen!
_!! Mmm que bueno - Exclamó el tren haciendo
sonar el pito tu, tu, tu, pito que al sonar lanzaba bocanadas de humo…!cof!
¡cof! ¡cof! Tosieron los ángeles removiendo el humo de sus respingadas narices,
uno a uno fueron despertando y sumándose a la preparación.
Los cascanueces vestidos de soldados
ingleses lustraban sus botas y abrillantaban las medallas que decoraban sus
chaquetas, galardón que habían adquirido en navidades pasadas. El Viejo Pascuero más
panzón que nunca arreglaba su cenicienta barba, a la vez, se esforzaba para que
el negro cinturón le cruzara la barriga y así poder sostener el bolsón con el
centenar de cartas añosas, enviadas con tanta ilusión.
En un rincón las esferas y luces en
complicidad estiraban los listones rojos que las ataban una de la otra. Había
diferentes juguetes, los aviones encendieron motores lubricando sus hélices
para hacerlas girar. Todos se movían con prontitud, la ocasión ameritaba actuar
con ligereza, unos a otros se facilitaban ayuda, había que estar apto…idóneo,
para lucir en tal magno acontecimiento .En
un recoveco se encontraba el
muñeco de nieve desconsolado por su descolorida nariz que por el alboroto se
había desprendido de su cara, unos pasos más allá la reluciente estrella
alarmada se maquillaba para simular las líneas de su cara ¡vamos, vamos! ¿Todos listos? Pregunto finalmente el pino…Teo
llevo la caja en ese primero de
diciembre donde su mama para armar el árbol de navidad, recordó…, cerrando el
baúl.
Entro Renato a la habitación ¡Papa! ¡Papa!
La abuela me ha encargado de llevar la caja de los adornos navideños, miro Teo
a su hijo y le sonrió…
VICTORIA HORMAZABAL
3er.
lugar
UN DÍA DE NAVIDAD DIFERENTE
Era el día de Nochebuena y
Carla y Daniel ya estaban preparados cuando sus padres les avisaron para salir de
viaje hacía la casa de sus abuelos, a muchos kilómetros de allí. Iban a pasar
las ansiadas vacaciones de Navidad con toda su familia.
En la carretera, un extraño
ruido empezó a sonar repentinamente dentro del motor. Decidieron parar y buscar
un taller para ver lo que ocurría. Tuvieron suerte y encontraron uno en la
misma carretera, a la entrada de un pequeño pueblo. El mecánico, después de mirar
detenidamente el motor, les informó de que no dispondría de la pieza de
recambio necesaria para arreglar el coche hasta última hora de la tarde, y que
era peligroso seguir el viaje en esas condiciones. Como un favor especial, les
arreglaría el coche en la mañana de
Navidad.-dijo- y luego les informó de un pequeño hostal para pasar la noche.
Fueron a cenar pronto al hostal
indicado, atendido por una amable señora.
Tomaron una sopa caliente que les supo riquísima y después una carne asada
deliciosa y un flan casero de postre.
Bien abrigados pasearon por
el pueblo. Todo el mundo había salido a pesar del frio. Carla y Daniel, iban
aburridos protestando de la mala suerte de haber caído en ese pueblo tan
pequeño, mientras que sus padres, se
tomaron el contratiempo con buen humor. En la plaza del pueblo encontraron un
gran árbol de Navidad y un bonito nacimiento a la puerta de la iglesia. Jugaron con unos niños un buen rato y quedaron con ellos para jugar al día siguiente
después de comer.
Asistieron a la misa de gallo, cantaron villancicos y
fueron a adorar al niño Jesús. Y aunque lo pasaron muy bien, y vivieron la
Nochebuena de una manera muy especial, todos echaron en falta a sus abuelos esa
noche.
A la mañana siguiente fueron a dar un paseo por el campo y vieron
como se aproximaba un rebaño de ovejas. El pastor alzó su garrote a modo de
saludo. Llevaba un pequeño corderito en sus brazos y se lo dejó a Carla para
que lo tomara en su regazo. Los hermanos se turnaron para dar un biberón al
recién nacido. Aquél hombre les contó que la oveja negra se llamaba Estrella, que
todas sus ovejas tenían nombre. Al corderito aún sin nombre le llamaron Lucero.
Les enseñó que había cabras también en el rebaño, y les contó que los perros se
llamaban Pipe y Pipo, empezando a silbarles de una forma muy divertida.
Pasearon luego por el pueblo en el que había un ambiente muy
navideño, y pasaron la mañana muy entretenidos
hasta la hora de comer
-¿Papa, podemos salir a
jugar ya a la calle? Dijo Daniel cuando había terminado su postre.
-No me gusta que estéis solos por ahí- dijo enseguida su
madre.
.-Aquí no corren ningún
peligro, deje salir a los chiquillos.-dijo guiñando un ojo a los pequeños la
señora del hostal.
.-Está bien, podéis salir
un rato, pero no os alejéis -dijeron los padres
.-¡Sííí! gritaron contentos
Carla y Daniel. Y abrigándose, salieron a la calle a buscar a Javier y Ana, los
niños con los que habían quedado la noche anterior.
Eran unos niños de edades
parecidas a las suyas. Javier tenía un largo flequillo que le tapaba los ojos, y grandes coloretes. Ana era la más pequeña,
tenía el pelo rubio y ondulado y unos bonitos ojos azules. La niña estaba
tiritando por el frío.
¿Por qué no lleváis
abrigos, no tenéis frio?-preguntó asombrada
Carla al rato.
-.Es que no tenemos- dijo
Javier con la mayor naturalidad.
Carla y Daniel se miraron
incrédulos. -¿No tenéis abrigos? –dijeron a la vez.
Fue entonces cuando se fijaron en cómo iban vestidos. Los
niños iban limpios, pero llevaban la
ropa vieja y desgastada y sus zapatos estaban rotos.
-Tenemos ésta ropa- dijo
Ana señalando su jersey- y otra por si
nos ensuciamos. Mi padre no tiene trabajo y debemos cuidar lo poco que tenemos.
-¡Ah!- dijeron los hermanos
sin poderlo creer. Ellos tenían muchísima ropa en su armario y si se manchaba o
se rompía, les compraban más sin ningún problema.
Estuvieron jugando un rato más
pero empezaba a nevar y se despidieron de sus amigos.
Entonces Daniel llevado por
un impulso, se quitó el abrigo y dándoselo a Javier le dijo: .- ¡Pruébatelo! Javier vio que le quedaba perfecto y se miró
riendo y acariciando la prenda. Daniel también le dio el gorro, los guantes y
la bufanda de lana.
Carla, imitando a su
hermano, se quitó también el abrigo, los
guantes y el gorro y se lo puso a la
pequeña que aunque le quedaba un poco
grande sonrió feliz dejando de temblar
por un momento.
¡Adiooos chicos!.-Se
despidieron de nuevo- Nos vamos a pasar las vacaciones de Navidad con mis
abuelos,- y corrieron al hostal en busca de sus padres a resguardarse del frio.
.-Ya salíamos a buscaros.
–dijeron los padres en la puerta del hostal.
-¿Dónde están vuestros
abrigos?-preguntaron extrañados.
Carla y Daniel empezaron a contarles atropelladamente, que habían
conocido a unos niños que no tenían abrigos y les habían dado los suyos.
.- ¡No tenían abrigos!
–Repitió Carla haciendo una mueca de dolor. ¡Ana tenía mucho frío! Insistió la
pequeña, temiendo la reprimenda.
-.Cuando suceda algo así,
debéis avisarnos a nosotros -dijo su padre.- ¡Menos mal que tenéis más ropa de
abrigo en la maleta! Y en lugar de regañarles como los niños temían, les
abrazaron emocionados porque habían demostrado tener un gran corazón.
-Acaba de llamar el
mecánico del taller-, dijo el padre, -el coche está listo.
Salieron del pueblo justo
unos minutos antes de que llegaran Javier y Ana con su madre preguntando por ellos.
Estaban muy agradecidos de
que les hubieran dado la ropa que tanta falta les hacía.- y se quedaron callados mirando a la carretera con la vista
perdida.
Después de contar todo lo ocurrido a sus abuelos y primos, Carla y Daniel se
fueron a la cama muy cansados. Los dos niños sonrieron en la oscuridad antes de
dormirse recordando a sus amigos, el biberón que habían dado a Lucero, el
corderito recién nacido, y pensando en el divertido día que habían pasado en
ese pequeño pueblo que al principio les había parecido tan aburrido. Siempre
recordarían ese bonito día de Navidad porque había sido diferente.
Marisa
Alonso Santamaría
------- O -------
Nuestros mas sinceros agradecimientos a todos ustedes que han viajado durante todo este año junto a nosotros, esperamos que el 2014 no suelten nuestra mano , sigamos creciendo y madurando la magia de las letras, ingenio, creación y hermandad. El arte es el reflejo del sentimiento del alma.
Agradecemos al 2013 y esperamos con las mentes abiertas el 2014.
FELIZ AÑO NUEVO
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEnhorabuena a los ganadores de éste certamen.
ResponderEliminarGracias Musarteum
¡FELIZ AÑO PARA TOD@S!
Un abrazo desde Segovia (España)